Rosario Larraín, de Prunesco: "Tras periodo de raleo, se visualiza una buena temporada 2023 para las ciruelas secas chilenas"
FreshPlaza España
22 nov 2022
En Chile, hace unas semanas ha comenzado el periodo de desarrollo o llenado de fruto de las ciruelas D'Agen, que luego de un proceso de secado se ofrece como ciruela deshidratada a más de 70 países en el mundo.
“Hasta ahora se marcha bien. Esto, tras una floración normal, no tan abundante como la del año pasado en donde hubo una mayor oferta de flores, pero con temperaturas templadas que para el ciruelo son benéficas”, explica la ingeniero agrónomo zonal de Prunesco, asesora frutícola en ciruelo D'Agen y miembro del Comité Técnico de Chileprunes, Rosario Larraìn.
Dependiendo de la zona, hasta los primeros días de noviembre, se trabajó la etapa de raleo en Chile, en donde se concluye que no más allá del 15 a 20% de los huertos debieron ser raleados, con árboles que venían con 6.000-7.000 frutos para dejarlos en torno a 3.000- 4.000.
“El ideal de producción para un huerto es la máxima carga posible que le permita obtener un determinado calibre, de acuerdo con su potencial productivo, su estado fitosanitario y nutricional, el tipo de maderas que lo compongan y el manejo en general. Todo lo anterior, sumado a las condiciones comerciales de cada temporada, nos permite definir en la poda la cantidad de dardos adecuada para cada árbol”. En efecto, a algunos huertos se les puede dejar 2.500 frutos, a otros, 3.500 o 4.000 para que entregue la producción esperada.
"La actual, en definitiva, ha sido una buena temporada", expresa. Ralear un 15-20% es una cantidad moderada, mientras que un 70% de los huertos en la zona de Colchagua (donde está la mayor parte del cultivo de ciruelas D'Agen en Chile), están con cargas normales, de acuerdo con el potencial que tienen y solo un 5% podrían estar arrastrando una floración más pobre y una carga baja en relación con su potencial, pero eso pasa en cuarteles plenamente identificados.
“Se ve una carga un poco menor que la del año pasado, pero con mejores calibres. La fruta está creciendo muy bien”, indica la experta de Prunesco.
En Chile, en un periodo normal, la cosecha de la ciruela deshidratada parte entre el 5 y 8 de febrero. “La maratón es larga. Aún no se puede cantar victoria. Pero hasta ahora todo marcha bien: fue positivo el periodo de floración y las precipitaciones, los campos han estado con humedades óptimas en los suelos, la poda contó con abundante mano de obra, no hubo heladas importantes, pero sí importante acumulación de horas de frío, y el clima también acompañó en el periodo de cuaja”.